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martes, 21 de septiembre de 2010

EL INDESCIFRABLE MANUSCRITO VOYNICH

  • Un misterioso libro ilustrado, de contenidos desconocidos, escrito hace unos 500 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible.
  • El manuscrito mide 14 X 21.5 cm y sus 200 páginas de pergamino están escritas con una caligrafía extraordinariamente fluida si se considera que su autor usó un alfabeto completamente desconocido.
  • Las ilustraciones son igualmente extrañas y paracen representar plantas, mujeres y configuraciones astronómicas.
  • Como no resulta fácil interpretar el texto y las figuras, el libro ha sido calificado como el manuscrito más enigmático del mundo.


"En ese temible volumen yace el misterio de los misterios".
Sir Walter Scott

El hombre por cuyo apellido iba a conocerse por todo este asunto para la posteridad nació el 31 de octubre de 1865 en Kaunas, Lituania, bajo el complicado nombre de Wilfryd Michal Habdank-Wojnicz.

En Londres, Wojnicz se casó con una irlandesa, Ethel, y ambos pasaron su tiempo escribiendo y enviando a Rusia literatura revolucionaria y traduciendo al inglés las obras de Marx y Engels.

Wojnicz (que a esta alturas había anglicanizado su nombre y ya firmaba "Voynich"), comenzó a interesarse por los libros, manuscritos y catálogos antiguos. En esta tarea prosperó, y pronto estableció un importante comercio de libros raros en Soho Square N° 1, Londres, a donde acudían todos los coleccionistas deseosos de adquirir un ejemplar largamente soñado.

En 1914, Voynich se mudó a Nueva York, donde continuó con su oficio de librero especializado en textos raros, y allí se quedó hasta su muerte, ocurrida en 1930.

En 1912, Voynich viajó a Italia por segunda vez: ya había estado en ese país en 1898. En ese segundo viaje, totalmente dedicado a la adquisición de volúmenes antiguos para su negocio, recaló en la biblioteca del Colegio Jesuita de Villa Mondragone en Frascati, una población cercana a Roma.

Revisando un arcón que contenía los libros que los curas deseaban vender, le llamó la atención un volumen en cuarto escrito en unos extraños caracteres que Voynich no pudo identificar.

Pasando las hojas del manuscrito, observó que la mayoría de ellas estaban ilustradas con dibujos de diversas plantas, estrellas y figuras humanas, ninfas o mujeres desnudas. Para colmo de las sorpresas, entre las páginas del libro Voynich halló una antigua carta en latín, fechada en 1666.

Los sacerdotes se mostraron de acuerdo en vender a Voynich el manuscrito y su carta, y éste los llevó a su negocio londinense. Confundido por los extraños símbolos que cubrían las páginas, Voynich fotografió cada una de ellas por el anverso y el reverso (son en total 246), y envió las copias a los más reputados lingüistas de su tiempo: ninguno de ellos fue capaz de identificar la lengua, como tampoco el juego de caracteres con el que el libro está escrito. Era sólo el comienzo de una de las historias más increíbles y uno de los enigmas más sorprendentes de la historia de la ciencia humana.

El Manuscrito Voynich es bastante pequeño: sus páginas miden apenas 15 por 22 cm. Sus páginas son de vitela, una especie de pergamino hecho de cuero de cordero muy trabajado y fino, y todo el libro ha sido escrito por la misma mano. Contiene más de 40.000 palabras y la mayoría de las páginas incluye ilustraciones. Solamente 33 de sus páginas son sólo texto.

No tiene título, fecha ni indicación del autor. No está tampoco dividido en secciones ni capítulos pero, en base a la naturaleza de las ilustraciones, los expertos lo han dividido tentativamente en cinco partes, denominadas Herborística, Astronómica, Biológica, Farmacéutica y Recetario.

La sección herborística ocupa más o menos la mitad del manuscrito (unas 130 páginas). En cada página hay normalmente el dibujo de una planta, acompañada de una breve ¿descripción? de la misma. En algunos pocos casos se describen dos ejemplares en una misma página. Las ilustraciones, por supuesto, llevan casi un siglo sometidas al análisis de los botánicos y biólogos. La previsible pero no menos sorprendente conclusión es que la inmensa mayoría de ellas corresponde a plantas que no existen ni han existido nunca, o, dicho en otras palabras, a especies que no pueden ser identificadas por ningún botánico del mundo.

En la sección "astronómica" encontramos dibujos de soles, de lunas y de estrellas, y algunas páginas muestran también símbolos astrológicos.

La sección biológica muestra enormes cantidades de dibujos de mujeres desnudas, casi todas bañándose en cisternas o piletas interconectadas por lo que parecen ser complejas instalaciones de plomería, con caños, sifones, derivaciones, etc. Una interpretación bastante lógica estima que estas conducciones de agua representan, en sentido figurado, a los vasos sanguíneos, el sistema cardiocirculatorio, el aparato digestivo y los órganos reproductivos.

La parte "farmacéutica" continúa con los dibujos de plantas y se ven numerosos frascos con etiquetas. Por último, la sección llamada Recetario consiste en breves párrafos, cada uno indicado con una estrella en el margen izquierdo, tal como nosotros destacamos párrafos con asteriscos (*) o viñetas.

Muy clara es la semejanza del Manuscrito Voynich con un manual medieval de alquimia o magia: a pesar de que el idioma y los caracteres son desconocidos, muchas de las ilustraciones están relacionadas con símbolos y encantamientos utilizados en textos alquímicos perfectamente estudiados. Un manuscrito bizantino del siglo IX contiene un dibujo de una ninfa en el interior de un círculo con signos del zodíaco que es prácticamente idéntico a una imagen del Voynich, incluyendo la postura de la figura femenina (a pesar de que el otro texto ha sido realizado con una técnica, unas herramientas y materiales completamente diferentes del Voynich).

La fecha de composición del manuscrito es también bastante fácil de establecer. Ciertos aspectos de los caracteres definen a la caligrafía utilizada como "cursiva humanista", un estilo de escritura que estuvo en boga en Europa durante un par de décadas del siglo XV. Por añadidura, el estilo de los peinados que llevan las figuras femeninas es exactamente el de los que se utilizaron entre 1480 y 1520. No hay duda al respecto.

Pero aún no hemos hablado del significado de los textos, es decir, sabiendo bastante acerca del manuscrito, no hemos entrado aún en el campo más trascendente de su estudio: ¿qué significa?

INTENTOS DE DECODIFICACIÓN

Descontando el fallido esfuerzo de Kircher y las fotos que Voynich envió a los especialistas de principios del siglo XX, fácil es imaginar que los esfuerzos por develar la incógnita del contenido del manuscrito no cesaron.

El primer intento serio de decodificarlo llegó en 1921, de la mano del Profesor Newbold de la Universidad de Pennsylvania. Newbold observó que en cada caracter había unos trazos misteriosos, tan pequeños que sólo podían ser vistos con lupas muy potentes, lo cual fue desestimado científicamente menos de una década más tarde. Lo que el académico creyó que eran "trazos griegos" no son más, en realidad, que grietas microscópicas en la capa de tinta de los caracteres, provocados por el mero paso de los siglos.

Los fracasos continuaron. En 1940 Joseph M. Feely y Leonell C. Strong, ambos criptógrafos aficionados, intentaron aplicar una técnica llamada "cifrado de sustitución", que no es más que asignar a cada caracter del texto una letra del alfabeto latino. Es la simple técnica utilizada en "El escarabajo de oro", de Poe. Según ellos, lograron traducir todo el manuscrito, salvo que... el resultado no tenía ningún sentido.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el equipo de criptógrafos que rompió el código de la Armada Imperial Japonesa pasó bastante tiempo descifrando textos antiguos encriptados. Tuvieron éxito con todos menos con el Voynich.

En 1978 el filólogo aficionado John Stokjo aseguró que el texto estaba escrito en ucraniano pero sin las vocales. Su traducción, desafortunadamente, no se correspondía con las ilustraciones ni tenía que ver con la historia de Ucrania.

Un médico llamado Leo Levitov afirmó en 1987 que el documento había sido escrito por los cátaros, secta herética que floreció en la Francia Medieval, y que estaba escrito en una mezcla de palabras de varios idiomas. La traducción de Levitov, sin embargo, entraba en franca contradicción con la teología cátara, que se encuentra perfectamente documentada.

La conclusión es que, luego de 90 años de esfuerzos de parte de varios de los mejores especialistas en códigos, nadie fue capaz de descifrar el "voynichés", como a veces se lo ha llamado. Es por ello que la naturaleza y origen del manuscrito permanece en el misterio.

El más serio de los intentos recientes, y posiblemente el único que ha aplicado un razonamiento abarcativo, inteligente y creativo, es el del doctor Gordon Rugg, que comenzó a interesarse en el Manuscrito Voynich alrededor del año 2000. Lo interesante es, como se apuntó al principio, que Rugg no es filólogo, lingüista ni historiador, sino médico y psicólogo, recibido en la Universidad de Reading en Inglaterra en 1987. Hoy se desempeña como profesor de la Escuela de Computación Matemática en la Universidad

Mientras tanto, el volumen causante de toda esta investigación y tantos desvelos duerme hoy en una vitrina. Pasaron por el misterio, a los largo de 500 años, las figuras de Rodolfo II, Roger Bacon, Voynich, John Dee, Kircher, Kraus, Marci, Kelley, Baresch, y los investigadores modernos Stolfi, Cardano, Joanne Hyde, Aylward y el propio Rugg.

Todos ellos estuvieron presentes, pero, pasaron y desaparecieron en el polvo de los siglos, o lo harán cuando llegue el momento. Pero el misterio persistirá, porque, a estas alturas, los expertos guardan muy pocas esperanzas de que el Manuscrito Voynich pueda ser descifrado alguna vez.

En 1969, harto ya de intentar venderlo, H.P Kraus donó el Manuscrito Voynich a la Universidad de Yale, la que lo archivó, junto con la Carta Marci, en su Biblioteca Beinecke de Libros Raros.

Allí sigue, rotulado con el número de catálogo MS 408, junto a la carta de Marci (MS 408A).

Mas información en Axxón

Seguidamente, un interesante reportaje sobre el manuscrito Voynich.





2 comentarios:

  1. Corre el bulo de que el Código Voynich es una gran tomadura de pelo medieval. Lo dudo.
    Gracias a este interesante post, aprendo que tiene una interesante estructura, coherente. Gracias.
    Esperemos que alguien lo descifre.

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  2. Un equipo del departamento de física de la Universidad de Arizona determinó que el manuscrito Voynich data de comienzos del siglo XV, cien años antes de lo que los expertos calculaban. Esto echa por tierra la arrogante teoría de Rugg.

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