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lunes, 17 de mayo de 2010

VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

Entre los mas de 20 libros escritos por la Dra. Kubler, que se tradujeron a varios idiomas y se vendieron millones de ejemplares, aquí les presentamos un resumen de su libro en el cual, ella defendió la tesis de que la muerte no existe (Sobre la muerte y la vida después, 1984), una de sus últimas obras.





Este libro está dividido en 3 partes, ya que para escribirlo, se han utilizado tres fuentes concretas, tres conferencias dadas por la autora. La primera parte del libro se llama "Vivir y Morir",, la segunda se llama "La muerte no Existe", y por último la tercera y última parte del libro se titula "La vida, la muerte y la vida tras la muerte".

El libro en general, habla de los hechos que anteceden a toda muerte, la autora explica mediante sus investigaciones que es lo que sentimos al morir.

Según la autora, morir es desplazarse a un lugar mejor, ella lo compara con la mariposa que deja su capullo. Es una experiencia casi idéntica a la de nacer, se podría decir que es un segundo nacimiento, ya que naces hacia otra existencia.

A la hora de la muerte hay 3 etapas, en la primera, la persona está provista de una energía síquica, aquí el cuerpo ya deja de cumplir sus funciones vitales. En esta etapa en la que ya está en el cuerpo, se obtiene la capacidad de ver todo lo que pasa en el lugar de la muerte, ya sea la habitación del enfermo como el lugar del accidente, donde sea.

Todos estos sucesos se perciben con una nueva percepción, no con la consciencia mortal, de esta manera se puede ver y saber todo lo que los otros digan o hagan. En esta etapa, el "muerto" se da cuenta de que está intacto. Es decir, que si ha muerto por un accidente de coche no se ve herido, se ve normal.

Cuando se abandona el cuerpo ya no existe ni el tiempo, ni el espacio, ni la distancia, ya que todo esto son nociones terrenales.

En esta segunda etapa, también se da cuenta de que nunca puede morir sólo, ya que siempre habrá alguien en el otro lado esperándolo, alguien que para él ha tenido mucha importancia y que haya muerto antes que él.

Después de hacer esta segunda etapa, se pasa a una fase de transición, a un pasaje, totalmente marcado por factores culturales terrestres. Después de este pasaje hay una luz que brilla al final, a medida que te vas aproximando a ella, te sientes más lleno del amor más grande. Cuando una persona ve esta luz, es necesario que vuelva rápidamente a la tierra, porque después ya no será posible volver al cuerpo terrenal, aunque cuando se ha visto esta luz, ya no se desea volver.
Con esta luz, te das cuenta de que todo lo que se hace abajo (en la tierra), no es más que una escuela para aprender ciertas cosas y pasar algunos exámenes.

Y a se está en la tercera etapa cuando empiezas a recordar toda la vida. Es una revista, no se dispone de consciencia ni de percepción, ara se conoce cada cosa que se hizo en la vida.
El libro, a parte de explicar todo lo resumido hasta ahora, también explica que para poder morir o para poder morir o para poder pasar a la otra vida, se debe aprender primero que es el amor incondicional, esta es la misión de todos aquí en la tierra, se debe aprender y practicar.
También explica que todos hacemos responsable a Dios de lo que nos pasa, pero que después de la muerte, nos damos cuenta de que nosotros somos los responsables de nuestros actos.
Como ya he comentado al principio, Kübler-Ross, justifica todo lo que dice mediante diferentes testimonios de personas que han estado a punto de morir y que al final han vuelto a la vida y le han explicado que han visto a algún familiar muerto desde hace años, o que se veían a ellos mismos.

Resumiendo, se podría decir que la muerte solo es un pasaje a un nuevo estado de consciencia en el que se continua existiendo, comprendiendo y en el que el espíritu tiene la posibilidad de proseguir su crecimiento. En fin, la muerte es un renacimiento, un nuevo amanecer.

El libro puede descargarse aquí.

La doctora de origen suizo Elisabeth Kubler-Ross, mundialmente conocida por las obras en la que narra el proceso que vive una persona cuando se enfrenta al final de su vida así como las experiencias en el umbral de la muerte de muchos de los enfermos terminales que atendió durante más de 25 años en distintos hospitales y que según su convicción demostraba la existencia de "vida después de la muerte"-

Falleció por causas naturales el pasado 24 de Agosto en su casa de Scottsdale (Arizona) a los 78 años.

Doctora honoris causa por numerosas universidades de varios países estaba considerada una autoridad en Tanatología pero internacionalmente se la conoce sobre todo por sus libros, una veintena traducidos al varios idiomas de los que se han vendido millones de ejemplares.

NANOBOTS DE ADN


  • Capaces de realizar tareas complejas a nivel microscópico.
  • Tienen capacidad de decidir por sí mismos.
  • Trabajan indistintamente sobre materiales orgánicos o inorgánicos.
  • Revolucionaria multitud de areas, desde la ingenieria industrial a la medicina.

Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y las Universidades de Columbia y Arizona han conseguido construir y programar dos "robots moleculares" (entre cuyos componentes se ha insertado ADN) capaces de realizar tareas complejas a una escala microscópica. Los robots, igual que sus parientes de mayor tamaño, pueden moverse, pararse, girar y realizar con precisión los trabajos para los que están programados.

En un artículo publicado hace unos días en Nature, los autores explican cómo estos "nanobots" están destinados, en apenas unos años, a revolucionar por completo una multitud de áreas, desde la ingeniería industrial a la medicina.

El primero de los dos robots es una especie de "araña molecular" que, según la programación que incorpore, será capaz incluso de tomar sus propias decisiones y reaccionar de acuerdo con el ambiente en el que se encuentre. Sus tres patas son enzimas de ADN que son capaces, por ejemplo, de dividir una secuencia genética determinada o de ensamblar todo tipo de moléculas construyendo (o rompiendo) sus enlaces moleculares.

El segundo robot es una especie de cadena de montaje de apenas unos nanómetros de tamaño (un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro). Tiene cuatro patas y tres manos, es capaz de desplazarse rápidamente por un sustrato de ADN y, a partir de las nanopartículas que se le suministren, está diseñado para ensamblar cualquier clase de material imaginable, incluso nuevos materiales diseñados en laboratorio.

Materiales inimaginables

Ambos ingenios constituyen un paso decisivo hacia la construcción de legiones de "microrobots de ADN" capaces de fabricar, en potencia, cualquier clase de dispositivo, tanto eléctrico como mecánico. Su capacidad para ensamblar moléculas de una forma que era imposible hasta ahora será decisiva, opinan los investigadores, para diseñar y fabricar nuevos materiales que hasta ahora sólo estaban en la imaginación de los científicos.

Hasta ahora, sólo había sido posible construir nanobots capaces de realizar tareas muy sencillas, como la de desplazarse. A partir de ahora, se podrá además dotar a estas micromáquinas de una programación concreta para desempeñar labores específicas, e incluso dotarlas de la capacidad de decidir por sí mismas entre un gran número de acciones. Los nanobots podrán, por ejemplo, repararse o reconstruirse a sí mismos, o decidir si la célula que tienen enfrente es cancerosa y debe por tanto ser destruida.

Aplicaciones infinitas

"Un robot - afirma Erik Winfree, profesor de ciencias computacionales del Caltech- es una máquina que percibe su entorno, toma una decisión y después actúa en consecuencia". Igual que sus "colegas" en las grandes cadenas de montaje, estos microrobots a escala molecular podrán llevar al terreno de los microscópico todas las ventajas de la robótica moderna. Con el añadido de que serán capaces de trabajar indistintamente con o sobre materiales orgánicos o inorgánicos. O lo que es igual, podrán construir o reparar tanto componentes eléctricos como tejidos vivos.

Las aplicaciones para esta clase de máquinas de ADN son infinitas y abarcan una gran multitud de campos. Todo depende de la programación que incorporen. Una legión de nanobots inyectada en el cuerpo de un astronauta podría, por ejemplo, mantenerlo sano y en forma durante un largo viaje espacial. Otro "miniejército" mecánico podría combatir, desde dentro, un tumor, a base de perseguir y destruir todas las células cancerosas que encuentre en el organismo.

Otros podrán, en un futuro próximo, poner a punto materiales más resistentes o específicamente diseñados para resistir en cualquier tipo de entorno o condiciones. Y otros se encargarán de construir piezas electrónicas de una precisión y eficacia imposible de conseguir por medio de las técnicas actuales de fabricación.

Fuente : Nature