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viernes, 22 de octubre de 2010

NASA DESCUBRE AGUA Y PLATA EN CRÁTER LUNAR

la NASA afirma haber descubierto un oasis lunar; se trata de un cráter en cuyo fondo se ha detectado un nivel de humedad superior a la del Sahara, donde chocó un cohete. Un año después de este impacto histórico, los científicos han detectado compuestos escondidos durante miles de millones de años.
El 13 de octubre del pasado año, la NASA empotró un cohete contra un cráter de la Luna en una misión sin precedentes que tenía el objetivo de buscar agua, un hallazgo vital para el desarrollo de la exploración espacial.

Ahora, prácticamente doce meses después, los científicos se prestan a ofrecer la primera explicación detallada de qué fue lo que la sonda de detección y observación LCROSS, encargada de registrar lo que sucedía, encontró tras el violento impacto.

Los resultados, que se publican en la revista Science, desvelan un secreto guardado durante miles de millones de años.

155 kilos de vapor de agua y hielo salieron disparados durante el choque, por lo que los investigadores creen que el 5,6% del total del interior de ese hoyo lunar está compuesto solo por agua helada, una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que hasta hace muy poco creíamos que la Luna era un desierto seco.

Además, también se han detectado dióxido de carbono, azufre e incluso plata.


UNA IMAGEN DE LA NUBE DE ESCOMBROS QUE SALIO DISPARADA DEL CRÁTER CABEUS, 20 SEGUNDOS DESPUÉS DEL IMPACTO 
El día de la misión «kamikaze», el cohete Centaur chocó contra el cráter Cabeus, un agujero de 98 kilómetros de ancho en el polo sur selenita, y levantó una polvareda de 10 kilómetros de altura.

Dos toneladas de partículas salieron disparadas.

La LCROSS atravesó esa nube y la examinó con su espectómetro.

Antes de acabar destrozada contra el suelo siguiendo el destino de su cohete, pudo enviar toda esa información a la Tierra. «Si existe agua ahí, o cualquier otra cosa interesante, vamos a encontrarla», aseguraba tras impacto Anthony Colaprete, responsable de la misión y principal investigador de la LCROSS. No se equivocaba.

El impacto, que causó un nuevo cráter de 25 a 30 metros de ancho, mostró que el suelo y el subsuelo de la Luna son mucho más complejos de lo que creíamos.

En el regolito, las capas que forman el piso lunar, ha aparecido una considerable cantidad de agua y otros compuestos como monóxido y dióxido de carbono, amoníaco, azufre y... plata, algo que también localizaron los astronautas de las misiones Apolo, aunque en un punto muy distinto de nuestro satélite.

«Este lugar parece el cofre del tesoro de los elementos», afirma Peter Schultz, geólogo planetario del Centro Ames de Investigaciones de la NASA en Moffett Field (California) y uno de los principales autores de la investigación.

ATRAPADOS EN LAS SOMBRAS

No es para menos, ya algunos de estos compuestos volátiles pudieron haberse originado durante las lluvias de cometas, asteroides y meteoros que azotaron la Luna de forma continuada hace miles de millones de años. Desde entonces, han permanecido atrapados en las sombras, en uno de los lugares más fríos del Sistema Solar, hasta que ahora han sido descubiertos.

A pesar de que la misión ha sido considerada un éxito, Schultz advierte de que plantea tantas preguntas como respuestas. «Hay un archivo de miles de millones de años en los cráteres permanentemente en sombra de la Luna», advierte Schultz. «Podrían darnos pistas de la historia de la Tierra, del Sistema Solar y de nuestra galaxia.

Y esta historia oculta está allí, pidiéndonos a gritos que regresemos».

Fuente: ABC.es



En la Luna hay mucha agua en forma helada y nieve, repartida entre los cráteres y llanuras más umbríos del planeta.

Esta conclusión se hizo posible tras un año del análisis espectroscópico de la pólvora elevada, mediante la caída programada de la tercera etapa de un cohete en la sombra del cráter lunar, Cabeus.

El cohete Centaur lanzado en julio de 2009 llevó al espacio interplanetario a dos satélites del nuevo proyecto de la NASA, pero prosiguió con su misión, acompañando a ambos vehículos hasta el choque con el suelo lunar.

Después de la colisión, el 9 de octubre del año pasado, el satélite de observación remota y detección de cráteres lunares —LCROSS por sus siglas en inglés— fotografiaba sistemáticamente la zona adyacente al sitio del choque.

Durante varias décadas, después del viaje a la Luna de la misión tripulada de Apolo, los científicos teorizaban sobre la posibilidad de encontrar allí agua helada en sitios especiales de la superficie, como en particular en cráteres que se encuentran en la sombra permanente.

El experimento con el LCROSS comprobó la conjetura. Por lo menos en el lugar del choque se detectó la presencia de 26 galones (casi 100 litros) de agua.

Su masa constituía del 5,6% al 8,5% de toda la mezcla sublevada, lo que supera el índice mediano de humedad del desierto del Sáhara que oscila entre los 2 y los 5% de agua.

Como consecuencia de la caída de Centaur, se levantó la cola de gas, de pólvora y escombros de la roca y del cohete, que han sido analizados detalladamente por los químicos y los astrofísicos de la NASA a través de los aparatos del programa.

Las cámaras infrarrojas y ultravioletas de LCROSS y el espectrógrafo ultravioleta del segundo satélite —LRO— facilitaron no solo la detección de diversas materias en la nube, sino la mediación exacta de sus cantidades.Es más, señalan los científicos un año después, el satélite terráqueo es un depósito riquísimo de recursos útiles.

El espectro registrado testimonia la presencia bajo la temperatura alrededor de 1.000 C kelvin de unos 140 kilogramos del hidrógeno molecular, 160 kilogramos del calcio, 120 kilogramos del mercurio (en la Tierra se consideraría como un yacimiento), 40 kilogramos del magnesio y 570 kilogramos de monóxido del carbono (el gas 'atufado': el menos valioso componente).

Ahora todos los datos del experimento están abiertos al público y el resumen del análisis están publicados en la reciente edición de la revista norteamericana Science.

“Este lugar es una especie de la cámara de tesoros con aquellos elementos, enlaces, que se habían liberado por toda la Luna, y en su totalidad se reunieron en un lugar de la sombra permanente”, destacó refiriéndose al cráter Cabeus uno de los autores de esa selección ejemplar de artículos, Peter Schultz de la Universidad de Brown.

Fuente: RT

DESTAPANDO LA FARSA DE LA GRIPE A

Despliegue monográfico a toda página. José Antonio Campoy, es Director de la revista DISCOVERY SALUD. Dirige un grupo de médicos valientes y de ética intachable.
En el monográfico DSalud especial Octubre, declara:

“Cuatrocientos niños españoles van a arriesgar esta semana su salud y su vida para que dos multinacionales se enriquezcan con una vacuna absolutamente innecesaria. Y eso sólo es posible porque a los padres no se les ha contado la verdad ya que de lo contrario jamás habrían accedido a que sus hijos hagan de cobayas humanas”.

Campoy es ctual presidente de la World Association for Cancer Research (WACR)- en declaraciones hechas esta misma mañana a MEDNEWS cuando le localizamos para comentar el sorprendente monográfico que esa publicación acaba de sacar a la venta desde el lunes, declara:

“Hay numerosos trabajos científicos, algunos de los cuales los citamos en el informe que acabamos de publicar, según los cuales las vacunas, a causa fundamentalmente de las sustancias adyuvantes que llevan, pueden provocar autismo, síndrome de Guillain-Barré, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, artritis, fibromialgia, fatiga crónica, úlceras, mareos, debilidad, pérdida de memoria, convulsiones, cambios de humor, problemas neuropsiquiátricos, diarrea crónica, sudoración nocturna, adenopatías, erupciones, dolores de cabeza crónicos y muchas otras patologías, Pero de eso nadie habla. ¿Se lo han explicado las autoridades sanitarias y médicos a los padres de esos niños a los que van a usar de cobayas”, pregunta José Antonio Campoy.

“La sociedad tiene derecho a saber que lo que está pasando en España con la gripe A -agregaría Campoy a MEDNEWS- es posible porque hace tres años nuestro Ministerio de Sanidad aprobó una norma, la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, que en su artículo 24, punto 5, establece que :

“la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios podrá autorizar temporalmente la distribución de medicamentos no autorizados, en respuesta a la propagación supuesta o confirmada de un agente patógeno o químico, toxina o radiación nuclear capaz de causar daños.

En estas circunstancias, si se hubiere recomendado o impuesto por la autoridad competente el uso de medicamentos en indicaciones no autorizadas o de medicamentos no autorizados, los titulares de la autorización y demás profesionales que intervengan en el proceso estarían exentos de responsabilidad civil o administrativa por todas las consecuencias derivadas de la utilización del medicamento salvo por los daños causados por productos defectuosos”.

Es decir, se han autoconcedido patente de corso a nivel jurídico.

Algo inconcebible en una democracia. Por eso proponen con tanta tranquilidad que la gente se vacune y tome antivirales a pesar de su inutilidad y de sus potenciales peligros.

Saben que no les pasará nada. Ni a ellos, ni a los laboratorios, ni a los profesionales sanitarios que les hagan el juego.

Y alguien debe transmitir este hecho a los padres de esos niños”.

Artículo completo en DSalud.

Fuente: Misterios de la Astrofísica

EL LADO OSCURO DE GOOGLE

Primer ensayo crítico en castellano sobre el buscador.
Historia y futuro de la industria de los metadatos
"El lado oscuro de Google" repasa la política empresarial y las ambiciones de los google boys por hegemonizar el control de la información en la red.
Entre las bondades que Google difunde de sí misma no están las 133 webs censuradas en Europa, el sometimiento a las presiones censoras del Gobierno chino o la cancelación de la publicidad del grupo ecologista Oceana 36 para evitar problemas con uno de sus inversores: la Royal Caribbean Cruise Lines. 

Solo tres ejemplos de como Google Corporation viola los principios de neutralidad y libertad de acceso y expresión en la Red para salvaguardar sus propios intereses. 

La imagen sobria y luminosa de su página principal oculta un reverso más prosaico y turbio en el que se adentra El lado oscuro de Google. 

«Don't be evil» (no seas malo), el lema de cabecera de la multinacional que quiso ser un «gigante bueno», entra en abierta contradicción con la agresividad de su política empresarial. 

El fichaje multimillonario del directivo de Microsoft Kai Fu-Lee, depositario de importantes secretos industriales, o la oferta de 50 millones de dólares a AOL a cambio de romper su contrato con Yahoo!, muestran hasta qué punto Google ha asimilado las reglas de juego de las grandes corporaciones. 

Pero en su estrategia de expansión, Google también se aprovecha de la filosofía del software libre para su propio beneficio. 

Hace un uso selectivo del código abierto para modificar programas cuyas mejoras no hace públicas, pone a disposición libre de los programadores herramientas que le permiten controlar y apropiarse del trabajo realizado con ellas, y ofrece a sus trabajadores un 20% del tiempo de trabajo para investigaciones propias, que pasan a ser propiedad exclusiva de la empresa. 

Desde que en 1996 Larry Page y Sergei Brin desarrollaron uno de los algoritmos más famosos y mejor guardados del mundo, el Page Rank(TM), Google ha consolidado su carácter de gran empresa hasta convertirse en el principal aspirante al monopolio de la información en la era digital. 

Esto, en parte, ha sido posible gracias a los gigantescos ingresos proporcionados por un modelo de publicidad personalizada, basada en los perfiles que la máquina Google dibuja de los usuarios, utilizando el rastro que éstos dejan con el empleo diario del buscador y otros servicios de uso gratuito. 

El colectivo Ippolita muestra la clara ambición hegemónica de Google y, con ella, uno de los principales peligros de nuestra era: la concentración en unas pocas manos del acceso a la información y la tecnología, poniendo en riesgo un sinfín de derechos ya coartados en el mundo material y seriamente amenazados en el espacio virtual.

Ippolita es un grupo de investigación compuesto por hackers y activistas so ciales, un servidor y una comunidad de «escribientes», una encrucijada para compartir instrumentos y conocimientos entre el lenguaje del mundo digital y el lenguaje de la escritura.

Su trabajo es un modo de acción directa, un lla mamiento a no quedarse mirando, sino a intervenir en el torbellino de la tec nocultura, desarrollando formas de autoformación y de puesta en común de competencias a través de prácticas comunitarias de escritura como modelo de autodefensa digital.

Ippolita como colectivo tiene en su haber otro libro, Open non è Free (Eleuthera, 2005), y además gestiona un servidor independiente con el fin de dotarse de instrumentos independientes para elaborar proyectos y compartir información.

Ippolita.net quiere ser un mapa en continua evolución y transformación capaz de enlazar universos diferentes, en la búsqueda permanente de todos los enlaces posibles, no solo en la Red.

Tanto para elaborar El lado oscuro de Google como Open non è Free se han valido de Riso, un wiki y CMS (sistema de gestión de contenidos) de creación propia que sirve para proyectos web de escritura colectiva.

Fuente: VirusEditorial

Google ha hecho lo imposible: ordenar el caos infinito de Internet y dar a los usuarios decenas de servicios gratuitos. Sin embargo, hay quien piensa que tras tanta generosidad y buenos sentimientos se esconde un monstruo.

Considerado el mejor buscador de la historia de Internet, Google permite a millones de usuarios de todo el mundo acceder a un universo de conocimientos e información de forma extraordinariamente rápida y organizada. Su creación ha supuesto una revolución en el acceso a todo tipo de contenidos».

El pasado 24 de octubre del pasado año, un sonriente Larry Page recogía el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Ahí es nada. Como reconocía la Fundación Príncipe de Asturias, Google efectivamente es un buscador rápido, que ofrece la información bien estructurada y que da un montón de servicios gratuitos. Tan bueno es que en muchos países no tiene rival.

Más de la mitad de los 1.500 millones de internautas que hay en todo el mundo utilizan el servicio. En España, por ejemplo, acapara el 95% de las búsquedas, y en Francia o Alemania ronda el 90%. De potentes rivales como Yahoo o MSN no hay casi ni rastro. 

En Estados Unidos, un mercado muy competitivo, tiene una cuota del 60%. Por presencia y cuota de mercado, Google debía estar tan bajo sospecha como Microsoft.

Además, parece que va a haber Google para rato. Gerald Reischl es un periodista austriaco que hace unos meses sacó en España un libro, El engaño Google (editorial MediaLive), donde vuelca todo el resultado de una minuciosa investigación sobre el buscador. Pues bien, todo parece indicar que esta compañía aventaja tecnológicamente a sus rivales entre 9 y 24 meses.

Además, como dice David Vise, «el biógrafo oficial», por cada dólar invertido, «Google obtiene un rendimiento tres veces mayor que sus competidores». 

Como consecuencia de este dominio y de las ventajas que del mismo está sacando, cada vez son más los que aseguran que Google tendrá en algún momento que enfrentarse a una denuncia antimonopolio, como en el pasado hicieron IBM o Microsoft, que todavía sigue purgando.

Sin embargo, y al contrario que Microsoft, que siempre ha tenido parte de la opinión pública en contra, por el momento el buscador escapa a esa imagen de Godzilla de Internet y más bien es sinónimo de cool. 

La iconografía es perfecta, empezando por sus fundadores, Sergey Brin y Larry Page, que siempre aparecen en las fotos oficiales como sonrientes y desenfadados soñadores (aunque multimillonarios y con un potente proyecto empresarial supervisado al milímetro por Eric Schmidt, un ejecutivo con un dilatado currículo en la industria de las nuevas tecnologías). 

Su lema es un condescendiente Don´t be evil («No hagas el mal»).

Además, muchos darían casi la vida por trabajar en esas idílicas oficinas de Mountain View, en California, en el llamado Googleplex, donde más de 15.000 empleados se mueven en patinete o Segway y disponen, casi siempre de forma gratuita, de comida de los cinco continentes, zonas de juegos, piscina o guardería. Es lo más parecido a un patio de recreo para adultos.


POTENCIA MUNDIAL INCONTROLADA

Sin embargo, como se afirma en El engaño Google, muchos de los que acuden con los ojos cerrados al buscador quizá no mostrarían tanto entusiasmo si supieran cómo funciona, cómo recopila información y cómo gana dinero. 

Como señala Reischl, Google ha crecido tanto que su hegemonía en los sectores de la información, la búsqueda y la publicidad lo convierten en «una potencia mundial incontrolada».

Pero no queda ahí la cosa: «transforma la sociedad, afecta al aprendizaje, fomenta la cultura del copia, pega y actúa como el mayor registrador de datos que el mundo ha conocido». 

En definitiva, «es un Gran Hermano cuya mirada pronto llegará a los lugares más recónditos de nuestra vida privada».

A diferencia de otros sitios, como Facebook, donde los usuarios introducen voluntariamente la información, cuando hacemos búsquedas en Google o empleamos algunas de sus aplicaciones y programas (Gmail, Calendar, Google Docs o Talk), dejamos infinidad de datos sin darnos cuenta y sin reparar en las consecuencias.

Y es que los datos de las consultas permanecen almacenados en los servidores del buscador durante 18 meses y, entre esos datos, está la IP del ordenador, el dominio desde el que se ha iniciado la búsqueda, el día y la hora de consulta o el número de identificación de la cookie generada.

Google asegura que mantiene estos logs de acceso por dos razones. Por un lado, porque permiten mejorar el servicio y la presentación de resultados. Por otro, para mantener la seguridad del sistemaReischl asegura, sin embargo, que las patentes que atesora la compañía muestran un deseo claro de sacarle partido a toda esta información. 

¿Cómo funciona la extracción de datos en Google? 

Para dar una idea, Reischl sugiere echar un vistazo al servicio gratuito Google Analytics. Este programa permite seguir al segundo la actividad de nuestra página web, con estadísticas pormenorizadas del tráfico.

Si esto está disponible para todos aquellos que utilizan el módulo de publicidad Adwords (anuncios que aparecen acompañando a las búsquedas), ¿qué no tendrá Google a nivel interno para sacarle partido a su eterno caudal de datos? 

Además, Google dice que esta información de sus sistemas de extracción de datos queda para ellos, pero su valor es incalculable.

¿Qué dice la blogosfera nacional?

La esfera privada, la confidencialidad de los datos o la acumulación exagerada de información son temas que manchan el nombre de Google. Sin embargo, los bloggers consultados por PC Actual le quitan hierro al asunto y aceptan el trueque que propone la compañía de Brin y Page.

José Antonio del Moral, hombre de referencia de la blogosfera local y socio director de Alianzo, cree que la pérdida de intimidad es el «peaje que hay que pagar por estar en Internet de manera activa». 

Por su parte, Benjamí Villoslada, fundador en 2005 del sistema de promoción de noticias Menéame, se queja de que es muy fácil hacer amarillismo en este punto y arremete contra las «conspiranoias». «Creo que hay que ejercer la presunción de inocencia. Si delinquen [los de Google], entonces hay que juzgarlos, no antes», responde. 

Juan Castromil, fundador de CLiPset.NeT, también acepta el que todas las empresas de Internet se afanen por acumular información de sus clientes, aunque advierte de que si los usuarios del buscador tuvieran la sensación de que sus datos están siendo usados ilegalmente, éste perdería todo el apoyo popular.

Google sabe que depende de la reputación que tenga entre los internautas y hace todo lo posible por mantenerla. A favor de la compañía juega el hecho de que, hasta el momento, no se han detectado fugas significativas de datos y siempre ha aportado la información requerida por las autoridades.

Así lo confirmaba hace un par de meses Artemi Rallo, el director de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), en una entrevista en la edición electrónica de El País.

«Entendemos que Internet no puede ser un territorio sin ley y que deben garantizarse los derechos. Afortunadamente, cuando hemos pedido información a Google o YouTube nos la han facilitado». 

Rallo recordaba además que habían solicitado que a través del servicio Street View no se pudiera identificar a personas y matrículas de coches y que Google lo había hecho.

En Google, además, recalcan que son los usuarios los que deciden hasta qué punto es anónima su navegación. 

Precisamente, para permitir que sea el internauta quien controle su privacidad, ha dispuesto funciones como el «off the record» del servicio de mensajería instantánea Google Talk o el borrado del servicio Web History.


EL REY DE LA PUBLICIDAD

Al día de hoy, Google es, según Reischl, «un perfecto instrumento para conquistar el mundo de la publicidad”. Otra vez nos topamos con la seducción de lo cool: los anuncios en Google no dificultan el acceso a los resultados, como en Yahoo o MSN, donde hay banners y ventanas emergentes.

Todo parece íntegro, pero en el fondo, y si no estamos atentos, caeremos antes en un anuncio patrocinado con un casi imperceptible fondo pastel que en los links que han resultado de la búsqueda. Cada clic que hacemos en estos enlaces le pueden reportar a Google hasta 90 dólares, aunque el promedio está en 4 o 5.

La compra de DoubleClick, un poderoso intermediario de la publicidad on-line, en abril de 2007, estrechaba además los lazos del buscador con las grandes agencias de medios. 

Esto habilita a Google a controlar ahora todo el proceso promocional de una compañía en Internet, desde un pequeño enlace patrocinado en el buscador a una larga campaña de alcance mundial.

Si los usuarios echaran cuentas a los ingresos por publicidad de esta compañía entenderían que estamos ante el verdadero amo (17.000 millones de dólares anuales de facturación y 4.000 millones de beneficios). 

Sin embargo, José Antonio del Moral está convencido de que Google irá abandonando un modelo de negocio basado en la publicidad por otro donde dominen los servicios de pago. Y da un par de datos: si hoy un 95% de los ingresos de la compañía provienen de la publicidad, en tres años no superará el 50%.

De hecho, la compañía ya vende a empresas versiones mejoradas y retocadas de servicios como Google Desktop, que ayudan a organizar y encontrar la información en las grandes compañías. 

Es sólo el comienzo de un Google que le puede hacer sombra a Microsoft o IBM como proveedor de software corporativo. Un ejemplo de las posibilidades de esto es la herramienta Adwords Targeting, que permite enviar mensajes publicitarios a zonas geográficas o lingüísticas concretas.

En El engaño Google, Gerald Reischl plantea otras cuestiones delicadas. El periodista sospecha incluso de la joya de la corona del buscador: PageRank. 

De la misma manera que cualquier profano puede engañar, al menos momentáneamente, al famoso algoritmo de búsqueda, que mide la popularidad de una página y, en función de ello, la coloca en la lista de resultados, Google también puede alterar el ranking.

Así, Reischl demuestra con un estudio llevado a cabo por una universidad austriaca que favorece a la Wikipedia. Otro ejemplo de esta manipulación se encuentra a principios de 2006, cuando el buscador eliminó del índice de búsquedas a BMW y Ricoh durante un tiempo.

Como dice Reischl, «si la gente de Mountain View no quiere que una firma se encuentre, no se encontrará»”. Algo así le ocurrió a eBay, que durante años convivió en armonía con el buscador y en el verano de 2007 empezó a competir por el sistema de pagos en Internet. De repente, eBay retiró dinero para publicitarse en Google y desapareció.


EL OJO DE DIOS

Otro asunto espinoso es el del espionaje espacial. Google también está llevando su dominio en el terreno de las búsquedas al campo de la localización. 

Con Google Earth, se puede peinar buena parte del globo terráqueo y cada vez más empresas e instituciones lo utilizan para, combinado debidamente con otras herramientas, localizar en tiempo real a una flota de camiones o un móvil.

Pero hay más: con Google Maps se puede pasear por una ciudad tridimensional. Precisamente, la controversia, como decíamos antes, ha surgido con la función Street View, que permite ver personas y coches en las calles de la ciudad, lo que, sin duda, puede vulnerar el derecho a la intimidad.

Y continúa con Panoramio, una empresa que compró a mediados de 2007 y que ofrece un servicio para compartir fotos asignando unas coordenadas geográficas que identifican el sitio en el que se hizo, que aparecen como etiquetas en Google Earth. 

De esta manera, Google vuelve a obtener un montón de datos de los usuarios que puede incorporar a su sistema, afinando más aún sus perfiles.

Para terminar, cabe preguntarse quién parará los pies a Google. Ahora es muy difícil saberlo, pero Reischl sugiere que el caballero que destrone a Brin y Page podría estar madurando ahora en una empresa de la Web 2.0. 

También sugiere que las amenazas puedan llegar de buscadores en India y China. Baidu, el primer buscador chino, no ha ocultado su interés en saltar a Europa. Pero eso son sólo conjeturas y es probable que tengamos a Google en lo más alto durante mucho tiempo.

Microsoft también está dispuesta a poner mucha carne en el asador para desbancar al buscador. 

Lo demostró con su millonaria oferta por Yahoo el pasado verano Hace poco, Steve Ballmer, medio en broma, decía que se retiraría cuando Microsoft le diera la vuelta a la tortilla en el terreno de los buscadores. 

Seguramente, alguien debió preguntarse que si creía que iba a vivir 100 años. Pues eso.


UNA TELEFÓNICA LLAMADA GOOGLE

Google también ha mostrado su interés por entrar a lo grande en el terreno de las telecomunicaciones. El buscador quiere pasar de ser un buen cliente de operadoras y proveedores de acceso a convertirse en un operador más, con su red de fibra óptica.

Los rumores de que la compañía está construyendo su propia red se remontan a 2006. En 2007 Google entró en el negocio del cable submarino embarcándose en el proyecto Unity para cruzar el Pacífico con cable. 

Además, la compañía presentó en 2007 un sistema operativo para móviles llamado Android, que ya corre en varios dispositivos.

¿Qué hay en juego? Una masa crítica de casi 3.000 usuarios de telefonía móvil en todo el mundo (el doble que las personas con ordenador y conexión a Internet) y un pastel publicitario que podría multiplicarse por 10 en tres años, llegando a los 14.000 millones de dólares en 2011.

Siguiendo con su estrategia en otros terrenos, es probable que Google permita a sus clientes telefonear, navegar y utilizar otros servicios sin pagar nada por ellos. Usaría un método similar al de la firma británica Blyk, cuyos usuarios deben permitir la aparición de mensajes publicitarios para llamar.


PRAGMATISMO PARA SOBREVIVIR EN LA REPÚBLICA POPULAR CHINA

Uno de los más duros reproches que la comunidad de internautas mundial ha hecho al buscador ha sido su sometimiento a la censura oficial del Gobierno chino, lo que impide a un usuario de ese país, por ejemplo, acceder a direcciones que alberguen foros de discusión sobre Tibet, Taiwán o la represión de la plaza de Tiananmen en 1989.

De repente, la empresa más cool y libertaria de la soleada California se vuelve una taimada corporación que antepone sus objetivos empresariales (no olvidemos que el buscador chino Baidu podría ser una amenaza a medio plazo) a cualquier otra retórica. 

También en Singapur, señala Reischl, hay indicios de que Google coopera con el gobierno de ese país, que paga por acceder a determinada información.

En Europa, la censura se limita a eliminar páginas de pornografía infantil, la ultraderecha o el enaltecimiento de la violencia. 

José Antonio del Moral dice que el sometimiento a la censura china del buscador hay que verlo como una «adaptación» a una cultura distinta. Juan Castromil, por su parte, cree que Google debería haber tenido más dignidad en el gigante asiático, «lo que habría reforzado mucho el Don´t be evil». 

Desde la propia Google nos dicen que para los cibernautas chinos es mejor tener un buscador capado «que no tenerlo en absoluto».

Fuente: PC Actual